La distonía además puede ser un síntoma de otra enfermedad o afección, entre ellas:
Enfermedad de Parkinson Enfermedad de Huntington Enfermedad de Wilson Lesión cerebral traumática Lesión durante el parto Accidente cerebrovascular Tumor cerebral o determinados trastornos que se manifiestan en algunas personas con cáncer (síndromes paraneoplásicos) Falta de oxígeno o intoxicación con monóxido de carbono Infecciones, como la tuberculosis o la encefalitis Reacciones a determinados medicamentos o envenenamiento por metales pesados
Complicaciones
Según el tipo de distonía, las complicaciones pueden incluir las siguientes:
Discapacidades físicas que afectan el desempeño de las actividades cotidianas o de tareas específicas Dificultad en la visión que afecta los párpados Dificultad para mover la mandíbula, tragar o hablar Dolor y fatiga, debido a la contracción constante de los músculos Depresión, ansiedad y aislamiento social