La distonía funcional se asocia a un movimiento anormal e involuntario del cuerpo debido a complicaciones en el sistema nervioso. Esto puede causar movimientos involuntarios en la cara, el cuello, los hombros, el torso o las extremidades. A la aparición de los síntomas normalmente le precede una lesión, enfermedad o situación altamente estresante.
Las personas afectadas experimentan una combinación de síntomas motores que incluyen distonía, temblores, mioclonías, trastornos de la marcha y tics. También pueden experimentar dolor, debilidad, síntomas sensoriales, convulsiones no epilépticas y otros síntomas neurológicos funcionales que afectan tanto a hombres y mujeres, como a niños.
Es importante entender que son trastornos reales e incapacitantes, y que los pacientes no están inventando los síntomas.
Las expresiones más comunes de la distonía funcional son:
Distonía de la cara: que puede provocar espasmos faciales intermitentes, posturas fijas o tirantez hacia abajo de un lado de la boca.
Blefaroespasmo: las personas pueden experimentar un parpadeo repentino y/o un cierre sostenido de los ojos. Los síntomas oculares pueden afectar a ambos ojos o a un solo lado de la cara.
Distonía fija: se manifiesta como una postura fija, generalmente en una extremidad, mano o cuello, incluso en el hombro. La distonía funcional con dolor y síntomas disautonómicos (diferencia en la temperatura y el color de la piel, sudoración o hinchazón) puede sugerir un síndrome de dolor regional complejo.
Distonía episódica: la distonía funcional normalmente se presenta en episodios o crisis, que también es un sello distintivo de los trastornos del movimiento llamados discinesias paroxísticas. Los episodios de distonía funcional pueden producir movimientos en el torso y las extremidades, y pueden durar períodos de tiempo variables en el mismo paciente, desde segundos hasta días.
Las investigaciones señalan que los trastornos del movimiento funcionales se desencadenan debido a una vulnerabilidad subyacente en el cerebro, combinada con un desencadenante externo, aunque el mecanismo aún no se comprende por completo. La investigación sugiere que el proceso en el cerebro que ayuda a una persona a sentir si un movimiento es voluntario o involuntario se desordena, lo que provoca los movimientos o posturas no intencionales. Estos trastornos son causados por cambios en el funcionamiento del cerebro, no por daños en las estructuras del sistema nervioso.
La distonía funcional a veces se llama distonía psicógena, que se refiere a la observación de que muchos casos tienen factores psicológicos o psiquiátricos que contribuyen a los síntomas físicos.
