La distonía cervical afecta a la cabeza, al cuello y a veces a los hombros, ocasionando contracciones musculares bruscas. Estas contracciones musculares provocan movimientos involuntarios y posturas incómodas.
La distonía cervical puede hacer que el cuello se tuerza o se incline hacia un lado o la cabeza se incline hacia adelante o hacia atrás. También puede implicar que el hombro se eleve hacia la oreja. La distonía cervical a veces se denomina tortícolis espasmódica.
La distonía cervical es una de las formas más comunes de distonía que se tratan en los centros expertos en trastornos del movimiento. En algunos casos lo provoca un componente genético, y en otras ocasiones puede manifestarse de forma secundaria o idiopática.
La distonía cervical puede causar posturas sostenidas de la cabeza y/o movimientos bruscos y espasmódicos también en el cuello. Muchas personas sufren la combinación de movimientos sostenidos y espasmódicos. Los movimientos espasmódicos pueden parecerse a un temblor y, a veces, la distonía se puede confundir con un temblor esencial.
Un gran porcentaje de personas afectadas por distonía cervical experimentan dolor en la zona del cuello y los hombros. Los dolores de cabeza, temblores en las manos, depresión y trastornos de ansiedad son síntomas asociados a la distonía cervical.
Las inyecciones de toxina botulínica suelen ser el tratamiento más frecuente para la distonía cervical. Las inyecciones se administran por vía intramuscular, a menudo con guía de ecografía o ultrasonido, y deben repetirse cada tres o seis meses.
Varios medicamentos orales han demostrado algún beneficio. En casos seleccionados, se pueden recomendar procedimientos quirúrgicos como la estimulación cerebral profunda (DBS).
La fisioterapia suave con un fisioterapeuta especializado en trastornos neurológicos puede mejorar el rango de movimiento y ayudar a reducir el dolor. También las prácticas regulares de relajación pueden mejorar el dolor y el bienestar general del paciente.
Los síntomas generalmente se estabilizan y permanecen estables desde su aparición. En algunos casos pueden continuar empeorando o fluctuar severamente con el tiempo. Aproximadamente un tercio de las personas con distonía cervical padecen síntomas que se propagan a áreas cercanas del cuerpo, como la cara, la mandíbula, el hombro o el brazo.
Los síntomas de la distonía cervical pueden verse aliviados parcialmente con un «truco sensorial» (también conocido como movimiento antagonista), que consiste en colocar suavemente una mano en la barbilla, otras áreas de la cara o la parte posterior de la cabeza y el cuello. Es más probable que una persona con distonía cervical aislada (primaria) responda a un truco sensorial que alguien con distonía cervical adquirida (secundaria).